Un viaje puede ser un placer aunque sea de trabajo. El incluido dentro del proyecto Erasmus+ realizado por ocho alumnas de 2º de Bachillerato y dos profesores del IES Batalla a Italia ha sido una perfecta mezcla de aprendizaje y conocimiento, tanto humano como artístico, y sobre todo una oportunidad única para experimentar desde dentro la vida más allá de nuestras fronteras.
Un viaje que comenzaba con una larga noche de camino hasta el aeropuerto donde tomar el avión y amanecer en una Milán aún desconocida, llena de sueño y de dudas. Llegar a Monza y empezar a conocer a las familias y profesoras italianas fue el punto de partida; ya entonces comprendimos que la faceta humana iba a ser al menos igual de importante que la académica, pues la amabilidad, el cariño y la acogida que nos dispensaron fueron difícilmente mejorables.
A partir de ese momento, comienza la verdadera experiencia: madrugar cada día -cada una desde un pueblo distinto- para acudir al Liceo Artistico Amedeo Modigliani de Giussano, uno de los institutos de artes de la zona, con unas impresionantes instalaciones y con unos medios envidiables. Allí se llevaron a cabo varios proyectos: la confección de un logo por equipos, una exposición sobre nuestro instituto y nuestra ciudad, participación en las clases, una actividad para el día de la memoria del holocausto, … ¡Incluso hubo una sesión de pizza acrobática con el campeón del mundo! Todo, por supuesto, encontrando un camino de comunicación entre el italiano, el español y el inglés.
Además, se sucedieron varias actividades fuera del centro: juntos fuimos a visitar el centro de Milán, con su espectacular Duomo y la Galleria Brera como joyas de la visita; además, las alumnas italianas nos hicieron de estupendas guías y nos explicaron muchas de las obras. Por la tarde, un encuentro con La última cena de Leonardo da Vinci: un privilegio estar en el mismo lugar donde el genio pintó esta joya hace más de quinientos años. También fuimos a Monza, con su Villa Reale, donde vimos una exposición sobre el artista Keith Haring, y la Capilla de la reina Teodolinda: un completo recorrido desde el arte medieval hasta el más actual. Además, de manera más relajada, hubo quienes fueron a conocer otros lugares, como el lago de Como, una joya de la naturaleza.
Una semana que ha dado mucho de sí. El regreso, duro por el cansancio y por la dificultad para asimilar tantas experiencias vividas, nos sirvió para darnos cuenta de cuánto hemos traído más allá de las maletas, y de lo que nos queda por delante: acoger a nuestras compañeras italianas con el mismo cariño y entusiasmo con que lo han hecho ellas.
Arrivederci, Italia!